La designación comercial Corten se suele referir a una categoría de acero autopatinable de baja aleación en el que, mediante una adición controlada de ciertos elementos de aleación como el Cu, Cr, Ni y P, se consigue modificar la naturaleza del óxido que se forma en su superficie por exposición atmosférica (pátina), dotándole de unas características especiales que aumentan su resistencia a la corrosión.
Estos tratamientos se basan normalmente en la aplicación de un producto activador del óxido, con el que se logra la tonalidad de patinado deseado, seguido de un producto estabilizador del óxido, conocido como «baño de paro». Debe significarse que el efecto de estos tratamientos no es definitivo y que su duración dependerá de las condiciones a las que esté expuesto el material, con lo que, si no se renueva el tratamiento periódicamente, éste perderá su efecto y el acero recuperará el proceso natural de envejecimiento de un acero no tratado.
Algunos tratamientos recomiendan una tercera etapa que consiste en aplicar un barniz posterior al estabilizado del óxido. La aplicación de este barniz supone modificar el modelo de protección anticorrosión del acero Corten, pasando a comportarse como un acero pintado, donde la efectividad de la protección depende, exclusivamente, de que la capa de barniz aplicada sea capaz de mantener la estanqueidad del conjunto estructural, aislando completamente la superficie del acero de la humedad.
Si existen daños en la capa de barniz o zonas desprotegidas por las que pueda entrar humedad, se producirán las características ampollas que aumentarán progresivamente de tamaño hasta que la capa de barniz se desprenda en forma de desconches o exfoliaciones. Este es el proceso habitual de deterioro de estructuras metálicas con revestimiento de pintura y es el mismo modelo que aplica al caso del acero Corten una vez barnizado, con la particularidad de que la presencia de la pátina altamente higroscópica bajo la capa de pintura incrementará la velocidad de degradación.
Una línea de trabajo importante en la actividad del Centro de Investigación Metalúrgica AZTERLAN es la realización de todo tipo de análisis de fallo y patologías de corrosión sobre diferentes componentes. Es relativamente habitual abordar reclamaciones fundadas en «deficiencias» del acero Corten instalado, que no son sino un reflejo del comportamiento normal del mismo, siendo las manchas o la tonalidad ineducada las más frecuentes. Pero son aún más frecuentes las causadas por un tratamiento defectuoso del acero Corten, ya sea por inadecuado o por una mala aplicación del mismo, lejos de constituir una solución, tienden a incrementar la complejidad del problema.
En base a la experiencia de AZTERLAN se considera especialmente desaconsejable la práctica de aplicación de una capa de barniz sobre el Corten, por el riesgo que comporta como solución perdurable en el tiempo. Las condiciones ambientales afectan a la capa de barniz, que se degradará progresivamente con el tiempo. Se trata de una solución cortoplacista que prioriza la función estética del acero (evitar las manchas y estabilizar la apariencia del patinado) pero invalida las propiedades de resistencia a la corrosión del propio acero y la convierte en una solución desaconsejable desde el punto de vista de la perduración en el tiempo.
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