Aluminio reciclado, un material con futuro

Recientemente hemos visto las imágenes de la inundación de varios pueblos de Hungría, ocurrida el 4 de Octubre de 2.010, con casi un millón de metros cúbicos de lodos rojos, que han llegado hasta el río Danubio. El vertido ha sido ocasionado por la rotura de una presa en la que Magyar Aluminium (MAL) almacenaba el residuo llamado “barro rojo” obtenido en la producción de aluminio primario. Se ha visto afectada un área de 40 kilómetros cuadrados, y resultan aterradoras las consecuencias de este desastre para las personas y los bienes de esa región, donde ha desaparecido toda forma de vida, según WWF-Adena, además de un saldo de 10 muertos.

 

 

El barro rojo vertido tiene su origen en el ataque del mineral bauxita con sosa para producir alúmina, materia prima utilizada para obtener aluminio por electrólisis. La parte de bauxita que no tiene aluminio, no es soluble en la sosa y se separa como barro rojo. Este barro, por su alto contenido de óxido de hierro mancha todo lo que toca. Además puede tener algo de sosa residual y metales pesados (cromo, níquel, plomo, manganeso entre otros) La sosa le da un pH cercano a 13 y causa de forma inmediata irritación en los ojos y quemaduras en la piel. Su poder corrosivo es tal que si no se limpia bien, continúa penetrando desde la superficie de la piel hacia el interior del organismo, provocando quemaduras de grado máximo.

 

Parece ser que no todos los almacenamientos de barros rojos son tóxicos, y en concreto, se puede leer en Internet que las plantas de aluminio de Alcoa en San Ciprian (Lugo) controlan estos barros diariamente habiéndose «catalogados como no peligrosos».

 

Dejando aparte todo tipo de consideraciones o polémicas, en uno u otro sentido que se leen cuando sucede un accidente de este tipo, lo cierto es que la imagen pública del aluminio en general, ha sido dañada de una manera importante con esta propaganda adversa, y por la observación de los efectos medioambientales que puede tener su producción primaria.

 

Desde nuestro punto de vista creemos conveniente decir que la producción de aluminio es algo medioambientalmente aceptable, aunque quedan problemas por resolver. Por ejemplo, de cada 4 tn de bauxita que se procesan para obtener 1 tn de aluminio, se generan aproximadamente 2 tn de barros rojos. Por otro lado, la producción primaria del aluminio consume mucha energía, y que Sin embargo, este hecho se compensa ampliamente por los ahorros de energía y otras ventajas medioambientales que tiene la utilización de un metal ligero, con una densidad un tercio de la del acero, y una gran conductividad eléctrica.

 

Además, queremos resaltar que el aluminio es casi 100 % reciclable, con un mínimo consumo de energía (5 % respecto a la fabricación primaria) y mínimos efectos medioambientales. El metal reciclado procede de la recuperación de todo tipo de chatarras y escorias. En la actualidad, aproximadamente un 40 % del aluminio producido al año es metal reciclado, y se estima que pronto se alcanzará una proporción de casi el 80 %, teniendo en cuenta que el aluminio todavía en uso es un enorme “Banco de metal” como reserva.

 

Azterlan está trabajando desde hace años en el campo del aluminio, focalizando gran parte de sus esfuerzos en todo lo relacionado con la valorización de aleaciones recicladas para las aplicaciones en las que todavía no se emplea, como las piezas de seguridad para la industria aeronáutica o de automoción. Existe una relación estrecha con la industria de reciclado (Befesa Aluminio) y proyectos de desarrollo en común con el fin de reducir el consumo de aluminio primario mediante la valorización de las aleaciones procedentes de reciclado.


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Dra. Ana Isabel Fernández-Calvo
Dra. Ana Isabel Fernández Calvo

Responsable de Proyectos

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